El instrumento: cuidado y mantenimiento.

- Temperatura y humedad
La variación de estos factores durante el año afectan notablemente al estado del instrumento. El violonchelo, al estar principalmente hecho de madera, se ve afectado con la expansión y contracción de la humedad y el frío. Esto puede causar pequeños inconvenientes como zumbidos, aberturas menores o problemas mayores como grietas. Para evitar esto, o minimizar su efecto, se debe humedecer el ambiente durante los meses secos de invierno: nivel ideal de humedad 30-40% (humidificadores); y a su vez deshumidificadores o aire acondicionado en verano. Además, utilizar un humidificador para el instrumento o el estuche y no exponer el instrumento a temperaturas extremas.
- Clavijas
Pueden estar demasiado rígidas o demasiado resbaladizas. Esto puede ser debido a variaciones de humedad, al incorrecto enroscado de la cuerda en la clavija, o al ajuste inadecuado de la clavija en el clavijero. En invierno, las clavijas pueden estar más resbaladizas con el clima seco. Si no se soluciona volviendo a enroscar la cuerda, esto puede ser debido al inexacto encaje de la clavija. Entonces, un profesional puede reajustarlas. Si están rígidas, suele ser por su expansión por la humedad o por falta de lubricación. Esta lubricación puede ayudar. hay una pasta comercializada por la marca Hill que proporciona agarre y suavidad al mismo tiempo.
- Limpieza
Es importante limpiar el exceso de resina en el instrumento y las cuerdas con una franela seca. Cuando esta se acumula puede dañar algunos tipos de barniz y puede hacer que el sonido de las cuerdas sea deficiente. Si el arco tiene demasiada resina, el resultado va a ser un sonido áspero y el polvo del exceso de la resina será visible. No es necesario aplicar resina al arco cada vez que se va a tocar. Para una limpieza más extensa del instrumento se puede utilizar un limpiador, pulidor y abrillantador que limpia y mantiene el barniz, pero siempre bajo la supervisión del luthier, debido a que existen diferentes tipos de barniz y una incorrecta aplicación puede ser contraproducente. Algunos luthiers aconsejan solo frotar el instrumento suavemente con un trapo ligeramente humedecido.
- Cuerdas.
Se deben reemplazar regularmente para asegurar que el sonido esté siempre al máximo de su potencial. Las cuerdas pierden su calidez y brillantez poco a poco; aún más los músicos con una actividad constante tendrán un mayor desgaste y se aconsejará cambiarlas cada seis meses. Cuando se cambian las cuerdas, se debe hacer de una en una para que el puente no se incline o gire. La mayoría de las cuerdas tienen un período de adaptación de algunos días. Para enroscar una nueva cuerda es bueno mantener la tensión de la cuerda entoldo momento, y aplicar grafito para que resbale fácilmente sobre el puente. Se debe enrollar la cuerda lo mas cerca posible a la pared del clavijero.
- Puente
Este sostiene las cuerdas a una altura y distancia correcta. Cada puente debe estar tallado con precisión y colocado por un profesional sobre la tapa del violonchelo. La diferencia entre las características de los arcos belga y alemán siempre será un poco relativo, existen otros factores muy importantes a tener en cuenta, como el calado del puente: aún siendo belga o francés, el luthier puede rebajar notablemente el volumen de madera, si lo considera oportuno, para obtener el tipo de sonido o proyección deseada.
- Protección
Es recomendable añadir a la funda una bola de naftalina, o un repelente contra la carcoma, además de guardarlo en una tela de seda, y guardarlo en un estuche que aísle al instrumento de los cambios de presión, humedad y temperatura, y suficientemente duro para protegerlo contra golpes.